Descripción
Desde los márgenes donde vive, Jesús M. Horcajada crea un mundo contrapuesto al ordinario, espejo en donde reconocer las arrugas y miserias del día a día. El poeta —fuerte como una piedra / pero triste como esa hoja / arrebatada a su rama / por el viento— proclama verdades: las que importan, las que hieren, las que quizá traigan la esperanza de una improbable y frágil salvación. Su voz, tan auténtica como original, tan audaz como afirmada en tradiciones solventes, culmina en este texto la aventura iniciada en su libro anterior. Un camino lejos siempre de lo trillado, de lo inane.
Dice en su prólogo Olvido Andújar que «quiere ser una nana en dos partes: una en prosa, para recordar la dureza de la vida, y otra en verso, para no caer al vacío».