Descripción
Fiel a los modos de sus tiempos de aprendizaje, las formas cuidadas y la cadencia del verso son elementos buscados en su hacer poético. Un hacer que fija su atención en las vicisitudes y facies de un yo, tanto vital como lírico, siempre cuestionado. Poemas que beben así de Blas de Otero en su contienda existencial como de César Vallejo en su inconformidad con el lenguaje. Poemas, generalmente escritos durante la noche, en los que se traslucen el desconsuelo y la espera, las incertezas del futuro y las deudas con el pasado. Asuntos a los que añade su indagación en el hecho poético y la búsqueda de un lugar en él donde residir, desde donde aguardar los embates del tiempo.
Tal vez por lo anterior recomienda Pedro López Lara al lector en su prólogo: «disfruta de sus muy disfrutables versos, saca provecho de las verdades y ficciones que contienen, de la sabia confusión de unas y otras en que consiste su mensaje cabal».